Este concepto se refiere a todas las variantes que pueden afectar tanto positiva como negativamente a la nutrición de tu organismo, es por eso, que mantener el equilibrio de todas ellas es fundamental.
La alimentación siempre será la más relevante, pues depende de una buena rutina de comidas, la energía emocional y física que obtendrás para tu día a día. Tener un consumo equilibrado de frutas, verduras, proteínas, y por supuesto, la correcta hidratación, tomar entre 1 y 3 litros de agua diario para reponer los gastos energéticos.
Posterior a esto, viene el deporte o cualquier actividad física, no importa cuál sea, pero tener una rutina de movimiento, especialmente si se realiza en la mañana, permite activar no solo el cuerpo, sino también la mente, preparándote para empezar el día.
Por otro lado, la variante emocional también es importante, ya que el tiempo que se le dedica a las responsabilidades también se le tiene que dedicar a las cosas que aportan a la paz mental, actividades recreativas, aprender un baile, todo lo que pueda aportar energía positiva a la mente y al cuerpo.
En consecuencia, si se encuentra este equilibrio, se estaría logrando una nutrición consciente, trayendo múltiples beneficios de salud, energía corporal, buen estado de ánimo, mayor concentración y creatividad. Empieza ya a cambiar tus hábitos alimenticios y ponte en movimiento ¡notarás una gran diferencia!