Con una ingesta responsable hablamos de un método para cuidar el cuerpo involucrando nuestros sentidos a la hora de alimentarnos. Permitir que tus pequeños disfruten de una comida puede ser complejo en ciertas situaciones o etapas de la vida, pero si los ayudamos a que poco a poco concienticen su hambre, permitiremos que generen una buena relación con la comida.
Hay que tener claro que la necesidad nutricional de cada ser humano es distinta y particular, por lo tanto, las porciones y cantidades para cada uno pueden variar, independiente de la edad que se tenga. Y este factor dependerá de otros, como la actividad física y que desarrollamos gustos por las distintas comidas a tiempos diferentes.
Nutricionistas y especialistas de la alimentación confirman que no hay que obligar a los niños a comer, pues ya sea consciente o inconscientemente se dan cuenta cuando tienen la necesidad de alimentarse y cuando ya sienten saciedad. Por lo que presionarlos para terminar su plato puede ser una imposición que genere algún efecto a largo plazo en su relación con su alimentación o ciertos alimentos. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos a respetar la hora de comer?
- Lo más importante será escucharlos y confiar en su decisión en cuánto al ritmo y cantidad que quieran comer, darles el tiempo que necesiten para terminar su plato sin presiones.
- Otro aspecto que puede ayudar es incluir nuevos alimentos dentro de su dieta, incorporándolos de a poco, para que generen esa costumbre a nuevos sabores y opciones de preparaciones.
- Probar distintas maneras de cocinar un alimento, que tengan alternativas para que puedan escoger de qué manera los prefieren.
- Generar un espacio donde puedan enfocarse solo en comer y disfrutar cada probada, evitando ruidos o distracciones que puedan importarle más que su plato de comida, como televisión, celulares, juguetes, etc.
Si logramos generar un ambiente familiar donde se sientan cómodos comiendo a su ritmo, en la porción que ellos consideren correcta hasta quedar satisfechos, los estaremos ayudando a desarrollar un buen hábito alimenticio, donde puedan disfrutar de la comida de forma consciente.